martes, 6 de marzo de 2012

Tres Habitaciones en Manhattan


El otro día hablaba con un amigo que tiene un blog maravilloso y me acordé de Trois Chambers a Manhattan. No voy a escribir una crítica sobre esta película, el indicado para ello sería mi amigo El Fugitivo. Sólo quiero decir que la ciudad de Nueva York ofrece una vez más el marco perfecto para los pasados oscuros y los presentes inexistentes de dos personas. Pero me gustan sobre todo los bares, tugurios y calles por donde los personajes pasean su soledad y la vitalidad con la que los actores encarnan la necesidad de amor. Y me gusta sobre todo la música de Martial Solal y Mal Wendron que es como sucia y dejada, pero a la vez luminosa. Como esas tres habitaciones.

Y una cosa más, ¡madre mia qué manera de fumar!

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