Caminar

En Nueva York todo el mundo camina. Caminamos a los trenes, a los autobuses, a coger taxis. Las aceras nos pertenecen y conocemos las reglas y el protocolo que debe seguirse cuando se camina por ellas. La regla más importante es moverse rápido y con precisión. Presta atención.  Sé predecible, no serpentees, no corras, y no te acerques demasiado a los otros transeúntes. La invasión del espacio personal es una de las cosas que más molestan  a los neoyorkinos. No te pares, la acera no es lugar para charlar con los amigos, para eso están los bares y en la ciudad hay muchos.

Si ves a alguien por la calle 59 y la Avenida Lexington con bolsas enormes de papel marrón acaba de salir de Bloomingdale’s. Seguro que camina despacio. Ten paciencia.   No puede con su alma y mucho menos con sus brazos. Si eres tú el que acaba de hacer compras, no te pares para ver si lo llevas todo. Ante la duda, regresa a la tienda y encargate de ello ahi.

Ten paciencia con los que van con carritos de niño, seguro que han dormido poco y mal. Si intuyes que usan el vehículo para saltarse el protocolo no se ofendan. En ese caso, está poniendo a una criatura en peligro y eso es muestra de una psicopatía que debe temerse.

Más de la mitad de los botones de “Press for Walk” en la ciudad no funcionan. Si has de cruzar la carretera mira hacia los dos lados, incluso si la calle es  de sentido único y no olvides que en Nueva York los coches pueden girar a la derecha  cuando tienen el semáforo en rojo. No existe ninguna razón para pararse en medio de la carretera. Ninguna! Utiliza la mediana para cruzar calles con tráfico denso y de doble carril como Delancey o Houston St. No discutas con los conductores si quieres vivir otro día para seguir caminando.

Las escaleras mecánicas funcionan como las grandes autopistas que plagan este país. Si quieres dejarte llevar y no pretendes subirlas a pie, quédate a la derecha. La izquierda está reservada para aquellos que llevan prisa como rabinos con maletines o mujeres vestidas de novia.

En las escaleras de acceso al metro son las masas las que escriben la ley, sobre todo en hora punta. Jamás intentes escurrirte por ese hueco tan apetecible frente a una ola humana que se aproxima. No es solamente estúpido sino peligroso. Espera en lo alto de las escaleras, incluso si llueve.  

Y por favor, en caso de que lleves carga pesada como una mochila, un paraguas, o una alfombra, evita giros bruscos y mantén la distancia de seguridad.

Y bajo ningún concepto te interpongas entre una modelo y su caballo...