"Siluetas vehementes de Manhattan - esa ciudad vertical con diamantes inimaginables."
Le Corbusier prefería Nueva York a cualquier otra ciudad europea, incluída París. La primera conversación que tuvo con Estados Unidos en 1935 terminó siendo un mero monólogo, pero despues le escucharon.
Para Le Corbusier Nueva York era como Jano, dios de los comienzos y las transiciones, del pasado y del futuro, de lo abstracto y lo concreto, de lo divino y lo profano. Con su anatomía limpia y simple, con sus 12 avenidas paralelas y la intersección de sus cientos de calles, Nueva York era un mapa limpio y ordenado por donde su imaginación podía caminar libremente.
Quizás el edificio más emblemático diseñado por Le Corbusier en Nueva York sea The United Nations Secretariat Building.
Sin ánimo de contradecir a Le Corbusier, lo mejor de Nueva York son los neoyorquinos mucho más que los edificios, la energía que emana la ciudad y procede de quienes la habitan... algo muy parecido a lo que ocurre en Madrid, donde vivo. Qué casualidad que es la única ciudad en Europa, y puede que en el mundo, en contar con una avenida -la Gran Vía- construida a imitación de las de Nueva York...
ResponderEliminarLos neoyorquinos y los de Bilbao, Chema. Gracias por tu comentario. Tienes toda la razon.
EliminarHey, I tell you what is. Big city, hmm? Live, work, huh? But not city only. Only peoples. Peoples is peoples. No is buildings. Is tomatoes, huh? Is peoples, is dancing, is music, is potatoes. So, peoples is peoples. Okay?
ResponderEliminarKermit the Frog