Muchos de los establecimientos que más me gustaban están desapareciendo. Pequeños cafés, carnicerías y delicatessen, boutiques y floristerías. Lugares que se van cerrando porque les cuesta sobrevivir en una economía donde priman las multinacionales y las cadenas. Estos negocios tenían personalidad, gozaban de una autenticidad cada vez más dificil de encontrar en los grandes establecimientos. Te atendían y una a veces no iba solamente por el café, la carne o el ramo de flores, detrás del mostrador había siempre una cara reconocible con conocimiento sobre lo que allí se vendía.
Si hay algo que verdaderamente siento que me cierren despues de un bar, es una librería. Y es que, a mí me gustan mucho los libros, como objetos en sí. Me gustá el diseño de las portadas, la textura de las tapas, el olor de los papeles.
Hay una librería en Manhattan que sigue con las puertas abiertas desde 1946. "Pageant Book and Print Shop." Ha aparecido en películas como Chapter Two con James Caan y Marsha Mason. Es aqui donde Michael Caine y Barbara Hershey buscan una copia de un libro de poemas de E. E. Cummings en Hannah and Her Sisters.
¡Es verdad! Me he acordado de Hannah y sus hermanas nada más ver la foto. Qué pena que no me acordara cuando estuve en Manhattan! (Por culpa de esa película yo también me compré un libro de E.E. Cummings)
ResponderEliminarGran película Virginia!
EliminarYo soy más de comprar en grandes cadenas, tipo Fnac. Es verdad que el que está al otro lado del mostrador no tiene ni puta idea de literatura, cine o música. O giual sí. A mi me da igual. Preferiría que detrás del mostrador hubiera un robot, pero nadie es perfecto.
ResponderEliminarLa última vez que estuve en Fnac con un amigo comprando unos discos la chica detrás de la caja registradora le preguntó "código postal por favor?" Mi amigo le contestó "no sé, usa el de aqui, el de esta dirección, que más da, mi casa está aqui al lado,será el mismo" y aquella simpática mujer respondió "lo siento señor, yo no me sé el código postal tampoco." Como para preguntarle por algo de E. E. Cummings.
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