Mi padre no sólo tenía el mal hábito de fumar, sino también la mala costumbre de mandar a sus hijos a comprarle el tabaco. Aquella noche me tocó a mí. En la barra del bar un señor apura un farias, una pareja sosa se toma un descafeinado y unos platos con los restos de los pinchos del día pintaban el espacio de un color a domingo. Aquello era como un cuadro de Edward Hopper pero sin transfondo. En el televisor unas imágenes que me marcarían para el resto de mi vida. King Kong, subido a lo más alto del Empire State Building, sostiene a una Fay Wray con peluca rubia que no dejá de gritar. Dicen que “la belleza mató a la bestia”, yo creo que como al gato, a la bestia lo que la mató fue la curiosidad. Mucho ha llovido desde aquella noche, pero hoy siento la misma fascinación por el Empire State que la que sentí en aquel domingo lluvioso. Para matar su curiosidad les diré que los Ducados costaban 17 pesetas y en casa nunca me pidieron las vueltas…
Ahora entiendo de dónde sacabas el dinero con el que me pagabas por comerme tus garbanzos!
ResponderEliminar!Que sorpresa!!!! Oye... el Ducados donde lo comprabas en la Bodegilla Julio o en el Bodegón Fernándo???
ResponderEliminarDucados en el Beitia, siempre se quedaban hasta tarde recogiendo el resto de aquellas bodas. Al Empie lo vi por primera vez en el Restaurante Beitia. Además, como estaba al ladito de casa podía bajar en pijama y zapatillas.
ResponderEliminarque pequeñito parece el rey kong, encaramado al emperador
ResponderEliminarVamos por partes: ¿cómo es posible que un blog que todavía no es más que un proyecto tenga más entradas que mi cabeza? ¿Qué está pasando? Luego, claro, lo fácil es citicar a Teddy y su impaciencia. Dana, para ya...
ResponderEliminarPor eso Teddy ha llegado a donde ha llegado.
ResponderEliminarQuién es Dana?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¿Quién es Dana? Mejor no te lo digo...
ResponderEliminarjoder, el paquete de ducados ya está por los 3,20 euros (más de 500 de las antiguas pesetas)y el Beitia cerró, ahora, como la canción de sabina, es una sucursal de banco ...
ResponderEliminarQue pares ya...
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