Impresionados por la fuerza de los colores y la iconografia de sus obras, los Rockefeller ofrecieron una suma considerable de dinero a Diego Rivera para que pintara un mural en Nueva York. Tras largos meses de trabajo, Rivera se subiría a los andamios del Rockefeller Center por última vez tras decidir pintar a Lenin en el centro del mural. Dicen que Diego Rivera era un poco arrogante, pero no hay arrogancia que pueda vencer al peso del dinero. Incluir al símbolo del comunismo en una obra para decorar el centro simbólico del capitalismo no fue una buena idea. El mural terminó siendo destruído en 1933, terminando así una disputa entre la familia más rica del momento, el pintor más famoso de Méjico y la opinión pública norteamericana.
El Museo de Arte Moderno de Nueva York tendrá una exposición del artista del 13 de noviembre al 14 de mayo del 2012. Además de acuarelas y retratos, tendremos la oportunidad de ver cinco murales "portátiles" pintados durante los años 30 y los bocetos originales del mural para el Rockefeller Center.
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