Tras desembarcarse de uno de sus retiros temporales, Sonny Rollins regresó a su Harlem natal a mediados de los años 50 para desarrollar lo que consideraba un estilo de música limitado al no existir una verdadera conexión entre lo que él sentía en el interior y las fuerzas exteriores que lo alejaban de ese sentimiento. Se mudó con su mujer Lucille al barrio de Sugar Hill en Harlem y para no molestar al vecindario encontró su lugar de estudio debajo del Williamsburg Bridge. Sonny Rollins no era un hombre del espectáculo sino un músico. El viento, el río y los vagabundos eran su único público y aunque no le aplaudían tampoco se quejaban.
Hoy os recomiendo que escuchéis ésto: http://www.youtube.com/watch?v=eyybaelYR8s&feature=related
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Es que para un artista el silencio es el mejor aplauso
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